Al momento.
Son semanas de amplio debate en el mercado, o al menos, así nos lo parece en casi todas las mañanas. Los Bulls discutiendo diariamente contra los Bears. Los que celebran cualquier dato de apertura de las economías o de baja de infecciones de la pandemia, versus quienes pasan malos ratos tratando de digerir las pésimas cifras económicas que llegan día a día. Entre quienes dicen “ya fue suficiente”, contra los que opinan que “lo peor aún no viene”. Y esta parece ser una de esas mañanas.
El debate de esta semana tendrá dos aristas: por un lado será una semana de varios datos económicos, en EEUU vendrá el índice de actividad nacional de Chicago hoy mismo que dará datos para el mes de marzo, mañana el índice de confianza de la inversión ZEW de Alemana para el mes de abril; el miércoles la confianza general de la eurozona; y el jueves vienen los PMI’s americanos y europeos. México tendrá el dato del IGAE el viernes para el mes de febrero. No hay expectativas para que ninguna de estas cifras reporte una cosa distinta a una contracción pavorosa en ninguna parte del mundo.
Pero frente a esto, está comenzando a surgir una nueva ronda de estímulos por parte de las autoridades globales. En Estados Unidos la prensa asegura que el Congreso ya está muy cerca de alcanzar un nuevo acuerdo para otro paquete económico. El propio Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo ayer que tenía la esperanza de que el senado votase el paquete este mismo lunes y que la Casa de Representantes lo hiciese un día después (o sea el martes).
El nuevo paquete va por 400 mil millones de dólares (mmd) y podría incluir otro programa de financiamiento a las pequeñas y medianas empresas por 300 mmd, y otros 100 mmd para hospitales y pruebas de diagnóstico.
En China, por su parte, ayer se dio a conocer que, ante la crudeza de los datos económicos, el país está pensando en realizar un paquete de estímulos (no especificados), pero destaca principalmente que el comunicado del gobierno asiático ha quitado relevancia a los objetivos de crecimiento que tenía planeado, mientras que ha informado que las autoridades deberán buscar “estrictamente” una sociedad prospera en 2020. ¿qué significa eso?, bueno pues por un lado que sí, habrá más estímulos, pero por el otro, que es probable que el proceso de recuperación no sea tan vertiginoso como todos esperamos.
Y parece que esto último es lo que está pensado como piedra esta mañana en las bolsas. Al momento de escribir esta nota los futuros se están despedazando con una caída cerca de un 2% en todo Wall-street. En Europa las bolsas se sacuden en promedio 1.4%, mientras que en Asia los mercados cerraron con un nítido rojo de entre 0.21% (en Hong Kong) y un -1.15% (en Japón). Sólo China logro subir en medio de la masacre general un 0.5% apoyada de los rumores de los mayores estímulos, pero va siendo, por ahora, literalmente una masacre en las bolsas mundiales.
Donde la caída se ha intensificado, tal vez como nunca, es en el sector energético. El precio del crudo de Estados Unidos, y que es el referente principal del crudo, el West Texas Intermediate (WTI) se está cayendo en estos momentos más de un 12% y esta muy de cerca de los 21.9 dólares por barril, mientras que el Brent (la referencia del crudo Europeo) cotiza ya con una caída del 6.5%.
Hay rumores de que Arabia Saudita y Rusia podrían realizar mayores recortes de la producción para tratar de estabilizar al mercado. Los ministros de energía de ambas naciones declararon conjuntamente este fin de semana que están monitoreando el precio del crudo y que están preparados para tomar nuevas medidas.
Pero el problema parece ser que el mercado ya no confía en que la OPEP+ pueda lidiar con la situación. Les queda grande esta tarea, y con su configuración actual (amen de las grandes discusiones que hay con los miembros al interior, empezando por México), tienen muy poco margen para balancear al mercado.
Y no sólo es la OPEP+ la que falla ahorita, sino que en el propio mercado hay un fenómeno bastante controversial. Los futuros del crudo en realidad, aunque han caído a mínimos del 2002 cotizan por arriba del precio spot. Una situación que se conoce como de “contango” en la jerga del mercado. Y que sugiere en conse cuencia que vender el producto hoy sería en el mejor de los casos, una tontería. ¿para que vendes hoy si mañana tendrás mejores precios?
Y este “súper contango”, funciona entonces en estos momentos para animar a los inversionistas inversionistas a almacenar crudo, una situación no descabellada, pero completamente frustrante para corregir el desequilibrio del sector en estos días.
La segunda arista de los debates que tendremos esta semana corre en torno al momento en que se reabrirán las economías. En Australia por ejemplo, comenzaron a reactivarse actividades de manera limitada, y los niños han regresado a clases. En Nueva Zelanda se ha decidido ampliar la cuarentena otros 5 días antes de reabrirse. India por el contrario reintrodujo la cuarentena para actividades “no esenciales” debido a que los contagios han vuelto a crecer, mientras que en Estados Unidos los expertos en salud de la casa blanca han dicho que antes de reabrir la economía se ocupa incrementar el número de pruebas de Covid-19 para que la gente regrese sin sospechas de contagio.
Pero ayer Trump declaró que las pruebas médicas son un problema de los gobiernos locales y que el gobierno federal no debería ocuparse necesariamente de ello, algo que sugiere que la opinión del presidente por abrir la economía cercanos a junio sigue en la mesa.
En México, la moneda tuvo una noche difícil, y ha vuelto al terreno de los 24 pesos por dólar. Será una sesión complicada si los precios del petróleo se siguen destrozando, y no sólo eso, las primas de riesgo del país han saltado poderosamente, y desde el viernes Pemex es considerada una empresa junk por parte de Moody’s. El peso no la tendrá fácil.
Asimismo, la riña del mercado contra la presente administración, parece ya estar llegando al terreno político en la medida en que el Consejo Coordinador Empresarial ha no sólo espetado su intención por ser una oposición del partido del presidente en las próximas elecciones de Congreso (2021), sino en promover una rebeldía en los Estados locales.
Así por ejemplo, mientras el presidente López Obrador se ha esforzado por mantener una calma (pasmosa) frente al Covid-19, algunas entidades han comenzado a tomar medidas independientes al presidente, como es Jalisco, donde desde este día las acciones de aislamiento social serán “obligatorias”, o han intentado descalificar las cifras oficiales de contagio, como es en Baja California.
La Coparmex por su parte, ha hecho un llamado a los trabajadores para que junto a ellos, busquen hacer que el gobierno pague parte de los salarios de las personas, y no haya despidos masivos y quiebras empresariales al por mayor. Lo que implica, por otro lado, que cuando el desempleo crezca, los empresarios buscarán enconar la mirada acusadora de la gente hacia la administración de López Obrador.
Es una afrenta que parece que va a prolongarse el resto del sexenio.
Lo que viene.
Será una semana de varios datos. Y datos malos. Pero hay que estar atentos a los indicios de cualquier dato que arroje luz, que arroje esperanza. Y aquí nos quedaremos, esperando que eso suceda.
Hoy viene el índice de actividad de Chicago en EEUU. Y para México el dato de atención vendrá el viernes.
