Los cinco puntos que tienes que recordar del plan económico de AMLO

El día de ayer el presidente López Obrador dio a conocer lo que sería su plan de emergencia económica, pero que elusivamente denomino como “quinto informe trimestral de gobierno”. Hay lo que parece ser cinco ejes de su propuesta resumidos de la manera siguiente: 1) mayor empleo; 2) mayor inversión; 3) garantía de programas sociales; 4) austeridad republicana (la no deuda); y 5) el mayor apoyo a Pemex.

Del primer punto (el mayor empleo) supimos que, de acuerdo con las cifras del Presidente se crearán 2 millones de nuevos trabajos en los próximos 9 meses. Un dato que, por lejos, que es difícil de comprar sin reniegue alguno.

En inicio este año se esperaba que el Gobierno generará empleos de la siguiente forma:

Es decir, se esperaba que el gobierno crease poco más de 591 mil empleos en todo el año, utilizando toda la infraestructura de proyectos actuales con los que cuenta el gobierno. Ayer se anunció la creación de 2 millones de empleos, pero lo que faltó establecer en dónde y cómo se crearán los 1.4 millones de empleos que hacen falta.

La cifra no es cosa menor, el reto implica crear empleos a contracorriente de lo que está pasando. De hecho, las primeras cifras de empleo que conocemos ante la epidemia vienen en realidad de Estados Unidos, cuyo país ha destruido alrededor de 10 millones de empleos en el año tomando en cuenta el número de solicitudes al seguro de desempleo que acumuló hasta la semana pasada.

De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, se podrían perder hasta 875 mil empleos si la caída del PIB llega a ser cercana al 5% del PIB. Una cifra que es en realidad similar a la pérdida de empleos provista en la crisis de 2009, cuando se perdieron hasta 433 mil trabajos formales.

Pero la crisis bien podría ser más grave. La OIT, por ejemplo, calcula que el desempleo mundial podría ir de entre 5.3 a 24.7 millones de personas, lo que se sumará a 188 millones de personas desocupadas que ya había a fines de 2019, lo que significa que en un país promedio podrían perderse hasta 13 millones de empleos.

Del segundo punto (mayor inversión) sabemos aún menos. Las obras pública emblema de esta administración como son: la refinería de Dos Bocas en Tabasco, el aeropuerto de Santa Lucia o el Tren Maya, se mantienen. ¿pero porque mantener estas obras formarían parte del plan emergente para la crisis?

No hay información acerca de si estos proyectos se acelerarán, si crecerán en tamaño y/o presupuesto, así que hay un enrome enigma de porque “mantener” estas obras juega necesariamente a ser más activos en el gobierno.

Donde sí hay certeza es en el tercer elemento (garantía de los programas sociales) que se mantendrán todos los programas sociales promovidos por el gobierno, y que este año sumarán 22 millones de beneficiarios. El problema acá es que, aun cubriendo a 22 millones de mexicanos, el país cuenta con cerca de 50 millones de pobres, y recientes análisis del CEEY o la CEPAL muestran que, si la crisis es muy aguda, hasta 23 millones de mexicanos podrían caer bajo la línea de pobreza, y 15 millones en pobreza extrema.

Quizá la única medida tomada aquí es que se planea adelantar 4 meses de apoyos a través del programa de Pensión para Adultos Mayores y la Pensión para el Bienestar de Personas con Discapacidad Permanente.

Sobre el cuarto punto (la austeridad), el presidente confirmó que no planea incrementar en ningún momento la deuda pública (si bien en los Pre-criterios generales de 2020 ya hay un déficit primario por 806 mil millones de pesos), y planea ahorrar todo el pago de aguinaldos para altos funcionarios en el sector público (a partir de subdirectores) así como no incrementar salarios por arriba de los 30 mil pesos.

Esta medida generaría un ahorro de 3 mil millones de pesos, lo equivalente a casi el 0.01% del PIB. Asimismo, se amplió el presupuesto asignado a algunos programas para enfrentar la crisis como son el programa de “Sembrando Vida” (9 mil 900 millones de pesos adicionales); la contratación de elementos del ejército, marina y Guardia Nacional (9,765 mdp), y se crearon nuevos recursos para el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) por 40 mmp, programas de agua potable, drenaje y pavimentación (25 mdp); y un programa de apoyo a pequeños pescadores por 8,550 millones de pesos.

La mayoría de estas medidas (salvo el ajuste de sueldos y aguinaldos) ya estaba era información conocida.

La gran innovación del gobierno por tanto no parece estar en el estímulo fiscal sino en la disposición de crédito que están emprendiendo. Para las pequeñas y medianas empresas se dará un millón de créditos (500 mil para el sector formal y 500 mil para el informal) por un monto de 25 mil millones de pesos. Es decir, que aún si todos los negocios usarán todos los créditos a disposición, apenas significaría un impulso de 0.1% del PIB.

En créditos a personas se informó que a través del ISSSTE se darán créditos personales entre 20 mil y 56 mil pesos a cerca de 67 mil burócratas, lo que se espera sume hasta 35 millones de pesos (0.14% del PIB).

El FOVISSSTE también otorgará créditos por 177 mil millones de pesos (0.72% del PIB) en beneficio de 442 mil 500 trabajadores, y adelantó que la Banca de Desarrollo aún estará próxima (durante esta semana) a brindar un mayor apoyo.

Lo que de momento significa que aún si sumáramos todos los créditos datos, imaginando que se usen en su totalidad, no sumaría el programa ni un punto del PIB.

Finalmente, del último punto (Apoyo a Pemex), el presidente anunció un apoyo para Pemex de 65 millones de pesos extra para reducir la carga fiscal, lo cual no sólo representó el mayor monto de los estímulos mencionados a disposición del gobierno (alrededor de 0.26% del PIB), sino que también puede ayudar a la empresa para sanear sus finanzas.

El contraste aquí estuvo en que mantuvo el proyecto de construcción de la refinería de Dos Bocas, y siguió retrasando el plan de inversión pública-privada en el sector energético por 300 mil millones de pesos, que se lleva retrasando desde finales de 2019.

En síntesis, si hay algunas medidas de reacción por parte del gobierno, pero casi ninguna de ellas opera bajo la parte fiscal que tanto se esperaba, y en vez de eso, mientras el gobierno se aprieta, ha salido a ofrecerle microcréditos a hogares y empresas, que no es sino deuda para ellos mismos.

“En el pueblo todos saben que van a matar a Santiago Nasar” decía Márquez en uno de sus más famosos libros “pero nadie se atreve a decírselo”.

Y casi así, parecen lucir estos cinco puntos sustanciales del programa del presidente, porque “la fatalidad… nos hace invisibles”.

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